En estos tiempos que corren, podemos escuchar todo tipo de incoherencias en el trato con nuestros compañeros. Sin despreciar a nadie, he de decir que últimamente echo en falta esos debates cargados de inteligencia de los primeros días de militancia.
Hoy, tras llevar un tiempo dando la vara he recordado un debate de los que "hicieron historia" en el movimiento 15M de Fuenlabrada. En una de las primeras asambleas, las compañeras del grupo de trabajo de igualdad hicieron y rehicieron
un manifiesto en el que entre otras cosas, reafirmaban a la asamblea como republicana. Tras un largo e intenso debate que duró aproximadamente unas 6 asambleas, en las que entre todos los asambleados modificábamos el documento, el manifiesto se aprobó para alegría de muchas de las personas que participábamos en dicha asamblea.
Unos meses después, tras la propuesta de un compañero de incluir en la agenda del 15M Fuenlabrada la manifestación por la III República, se ha vuelto a dar el debate sobre lo que somos/no somos como movimiento. Opiniones de todos los gustos han salido a flotar por la plaza, entre otras: "Yo soy republicano, pero eso no quiere decir que defienda la idea de la república", "Yo soy anti-monárquico, y anti-republicano" y la que más me ha gustado, con la única que puedo estar de acuerdo "¿Que es el 15M si no un movimiento revolucionario, innovador, de todos? Si no tenemos un poco, por mínimo que sea de espíritu republicano, estamos perdidos."
Y digo yo, ¿Cuántas veces deben darse los debates? ¿Cuánta gente se ha quedado por el camino por marcar lineas, o por no marcarlas? Este, amigos, es un movimiento ciudadano, en el que cabemos todos, pero los que llevamos banderas/siglas/ideales definidos, menos.